Por Jobis Shosho

Ke aku (hola), soy Jobis Shosho, Activista Wixarika por los derechos LGBTTTIQ+, embajadorx de The Trevor Project México y coordinadorx nacional de pueblos originarios de la diversidad sexual en Red Gay Latino capítulo México.

En el marco del Día Internacional Contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, que se celebra el 17 de mayo, quiero referirme a los pueblos originarios, ya que es de suma importancia visibilizar que las personas con orientaciones sexuales diversas existimos hasta en los pueblos más lejanos del país, sin embargo no volteamos a ver a esos lugares.

Pero ¿cómo podemos llegar a esas personas y hablar en torno a los derechos que se están aprobando desde las grandes ciudades? Se me ocurre que se puede replicar la labor de The Trevor Project México como organización a través de la creación de luchas más incluyentes en espacios seguros, el acercamiento con personas que hablan lenguas originarias para que la información aterrice de forma adecuada, trabajar con juventudes desde la interseccionalidad y que cada unx se pueda sentir representadx, y todo ello replicarlo con nuestros pares, entre hermanxs y desde los espacios que habitamos.

En muchas ocasiones la desinformación y la falta de grupos de apoyo hace que permitamos que personas en nuestros pueblos opinen respecto a nuestra orientación e identidad sexual y que nos hagan sentir que nosotrxs somos quienes estamos mal. La etapa más crítica siempre es la adolescencia y la juventud, porque es en ese momento que más necesitamos que nos escuchen en nuestras familias y al recibir rechazo o regaños callamos lo que sentimos.

De esto hay muchos testimonios de mis hermanxs. Cuentan haber sido encerradxs, golpeadxs y no recibir alimento, todo por el qué dirán, para evitar que señalen a su familia por tener unx hijx de la diversidad sexual (ukixie-Lesbiana), (Ukaxatsixie-gay), muchas de ellas escapándose de sus casas y mudándose a las ciudades, empezando a trabajar en el campo como jornaleras a temprana edad y dejando sus estudios escolares, donde evidentemente al ser menores de edad hay muchos riesgos de por medio, varias han considerado el suicidio, muchas han migrado a los Estados Unidos, otras se han adaptado a las reglas de nuestra cultura y con ello evitar que sean señaladas.

Como activista no binarix, (Ukaxatsixie-gay) me parece muy importante incidir dentro de mi cultura, una cultura que muchas veces nos exige un doble esfuerzo para ser consideradxs dentro de ella, pero también una gran fuerza me impulsa a decir yo también soy Wixarika, aunque en algún momento me dijeron que para ser un auténticamente Wixarika debía casarme con una mujer y tener hijxs porque así se entendía nuestra cosmovisión, o cuando se me dijo que era una vergüenza para mi cultura por ser Gay.

Pero mi resistencia está en entender precisamente mi cultura desde lo que soy y buscar mi manera de conectarme con mis deidades y antepasadxs, abrir esa brecha de la binariedad y decir que también nosotrxs somos invitadxs a la fiesta con nuestras lentejuelas y esa manera de llamarnos Ne Iwaru (cuñada) una frase tan jotera que utilizamos junto con mis hermanxs wixaritari para sentirnos libres.

Hoy en día puedo decir que afortunadamente se ha avanzado mucho, recientemente se aprobó la “Ley Nada que Curar” y que con esto se prohíben los “esfuerzos para corregir o cambiar la orientación sexual y la identidad de género” en los espacios conocidos como “terapias”.

Con esto quiero cerrar diciendo que en nuestro país y en nuestros pueblos originarios no hay nada que curar.

Pampariyutsi ne iwaruma (muchas gracias, hermanxs).


Activista Wixarika y embajadorx de The Trevor Project México


Google News